miércoles, 23 de junio de 2010

sin trompo

Había que hacer la mezcla en el piso, a pala, o inventar otra cosa, mezcladora no tengo. Agarré uno de los tachos para pastillas de cloro, cargan 50kg de pastillas o polvo, lo vacié, le metí las proporciones de cada cosa (arena, cemento, piedra, agua), le puse la tapa y lo hice rodar para un lado y para el otro del jardín, de rodillas. Después lo abrí y con una pala angosta fui sacando y metiendo en los pozos. Antes le había metido unos tornillos a los postes, para que agarren mejor. No quedó muy parejo, no usé nivel, nada; pero va a andar, cuando le meta el cerco tiene que andar.

martes, 22 de junio de 2010

hoy lleno los pozos, ya van a ver

Hoy compro el cemento, lo juro, y sigo con ese puto cerco. Lo de la lluvia al final no se dio, y los pozos se secaron bien. Igual hubo que sacar el agua con un tachito, por lo que ya dije de la tierra, que es tan impermeable (no tengo foto, perdón). Una vez mi primo Julio me dijo que cuando llovía había que esperar para rellenar pozos así. Él sabe, hizo una técnica. Hablaba de un encadenado que estaba armando para levantar una tapia al fondo de su casa en Villa Mercedes, San Luis. Allá es seco, porque es desierto, y tanto problema no hay. Acá estamos acostumbrados a rellenar en cualquier momento. El encadenado de mi casa, por ejemplo, se rellenó con la tierra bastante húmeda, porque acá la tierra no se seca nunca, salvo en verano, con el sol a pique, y sin sombra.

martes, 15 de junio de 2010

el agua en los pozos

Si sigue lloviendo, y parece que sigue, va a haber que esperar. Los pozos para los postes del cerco están con agua y justo en esa parte la tierra, no sé por qué, es bastante impermeable y retiene mucho la humedad. Con el atraso Billy me ofreció ayuda. Pero él trabaja toda la semana, en capital, y el fin de semana está con la familia. Salvo que se venga el sábado, que su mujer trabaja. Se viene con los hijos, juegan con los míos mientras nosotros armamos todo. Aunque este fin de semana es largo, y casi seguro que se van para Navarro, de donde son todos ellos. Algunas de las historias de Billy en Navarro, y en Sol de Mayo, y en los campos de por allá, están en Barrefondo. Cuando lea la novela se va a poner contento. No sabe nada. Igual hay que ver si la lee. Cuando lo conocí, hace un par de años, mi dijo que él no leía nada, ni el diario. Pero que de escuchar en la radio a Ari Paluch le había comprado el libro y lo tenía en la mesita de luz. "¿Lo leíste?" "Lo tengo ahí, lo empecé, pero es lo mismo que dice en la radio".

sábado, 12 de junio de 2010

sábado llovería

Ayer viernes, ya tarde, llama una de las nuevas.
-¿Podés venir mañana? Se ve que ha soplado el viento y se ha llenado de hojas el fondo.
La mina es argentina, se le nota en varias cosas. Pero habla a lo venezolano porque vivió unos años allá.
Fuera de temporada los sábados no trabajo, la semana pasada le dije. Pero como a las nuevas siempre hay que decirles que sí -eso dice el manual del piletero-, hablamos un rato de las hojas, de cuánto tardan en pudrirse, en pudrir el agua, y al final le digo que va a llover, eso dice el pronóstico, que si no llueve voy, y me pongo a rezar, como cuando era creyente, para que llueva. Ahora me levanto y el cielo es una plancha de plomo, se viene encima en cualquier momento; y además hoy es el partido: tendría que llamar a Billy para verlo juntos. Porque mi mujer se va a verlo con amigas, con la mujer de Billy, por ejemplo, a la ortopedia de la hermana, donde trabaja los sábados, y yo me quedo solo con los chicos.

jueves, 10 de junio de 2010

piedras del terraplén

Volví de trabajar a las cuatro, cuatro y cuarto. No vine directo a casa. Necesitaba cascotes para amurar los postes al piso, y como por acá la gente siempre deja alguna montaña de escombros me puse a recorrer. Vi dos montañitas, justo a la vuelta de casa, del lado del terraplén. Llegué, inflé la rueda de la carretilla. Mis hijos habían dejado fuera de lugar el inflador, pero lo encontré. El pico adaptador estaba en la caja de herramientas y como se había trabado tuve que pasarle un alambre. Inflé y salí. El sol bajaba, pero todavía pegaba un poco y tanto frío no hacía. La primera montaña estaba en la esquina, en la puerta de una casa en obra. Pensé que en una de esas necesitaban los cascotes. Toqué el timbre, tres veces, hasta que me atendieron. Sí, los iban a usar, me dijeron. Seguí. La otra montaña creo que estaba bastante más adelante, en la otra cuadra. Y en el camino encuentro unas piedritas y las junto. Después me doy cuenta de que las pusieron ahí para tapar un pozo de la calle de tierra y las devuelvo. No me dan ganas de seguir. De un lado las casas, la gente durmiendo la siesta, seguro, y del otro el terraplén. Miro el terraplén, que es una montaña de piedras sobre la que están las vías sobre las que pasa el tren, y me cruzo. Hay un caminito, pasás directo, el alambado se lo robaron hace años; yo hoy me robo una carretilla de piedras.

miércoles, 9 de junio de 2010

para qué ese cerco



En cada pozo va un poste, y entre poste y poste va una tira de maderas verticales que arman el cerco. Al pozo se le mete una mezcla de cemento, arena y piedras y entonces el poste queda firme. Conviene meterle clavos, al poste, para que agarre mejor. Atrás del cerco van a ir todos esos bidones, parados sobre tarimas. Y al fondo, atrás de esa cucha de perro que uso para guardar las bombas, va a ir un tanque de 1000 litros que va a almacenar cloro, entre la cucha y el alambre, bien cerca de la calle para que el camión cisterna desembuche el cloro lo más rápido que pueda. El cerco es para que mis hijos no se acerquen a nada de todo eso. Hasta ahora no lo había armado, al cerco, porque no lo necesitaba, pero ahora sí: este verano tengo que vender mucho cloro, este verano me va a salir el cloro por las puntas de los dedos.

billy

la sierra de Billy

El domingo, o el sábado, esos días en invierno siempre se me mezclan, empiezo con el cerco: corto los palos que van a ir de postes, corto las maderas que van a ir de cerco, les paso brea a los postes, los pinto, los pongo a secar. La sierra que me prestó Billy es buenísima. Salvo en las partes húmedas de la madera, que son como de goma, casi no tenés que hacer fuerza. Y para las partes húmedas está la sierrita cortafierro: esa me la dio mi suegra, y creo que se olvidó de que la tengo yo, porque hace rato que estaba ahí guardada, medio perdida, de la vez que la usé para darle a unos caños. Ya se va a acordar, igual.

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