sábado, 26 de noviembre de 2011

Vieja confundida

-¿Vos sos el escritor? -pregunta una vieja.
-No, es el otro.
La vieja mira alrededor. Ninguno de mis ayudantes parece escritor. Uno quizá sí: acaba de encontrarse unos libros en la calle y me los ofreció.
-Leélos vos -le dije.
-Este es del Che Guevara, a vos te va a gustar -dice.
-Llevalos, no seas analfabeto, te vas armando tu pequeña biblioteca.
Se rió.
Ahora la vieja duda.
-Sí, sos vos. Me dijo mi vecina.
-Ah, entonces sí.
-Bueno, y cuánto me sale limpiar la pileta.
















números

noviembre 2010  201 piletas
noviembre 2011  203 piletas

martes, 1 de febrero de 2011

receta

Hola amiguetes, el otro día vi el milagro del filtro. La pileta estaba turbia. Se habían ido de vacaciones y no tuve chance de meterle decantador para aclarar el agua y bueno, quedó. Cuando los dueños volvieron me llamaron. Pasé, decantador y varios productos en mano y resulta que la pileta estaba cristalina, una medusa buena bailando al sol. ¿La vaciaron? No, dijo la mina: le mandamos 24 horas de filtro y quedó así, ¿qué tul?
Así que ya saben, afinen sus bombas, sus filtros, y olvídense de ese moco llamado decantador.

domingo, 30 de enero de 2011

vehículos

Un mehari azul y una moto roja. Con los dos no hacés uno, me dicen. Entro a Mercado Libre y lo corroboro: el mehari vale $4.000 (ponele, en el mejor de los casos, anda flojo de papeles), y la moto otros $4.000 (en un caso casi indecente). Una chata más o menos, como para arrancar bien, $20.000. En esta época los números saltan para todos lados. La guita pasa y se ve, pero no aparecen los pilones, no es fácil contener la marea de guita que entra en verano. Llamás al del cloro y te dice: aumentó un poco (en cuestión cloro "un poco" puede llegar a ser el 40%), y los números se evaporan. La física debería estudiar esos fenómenos. La guita y el medio, las energías que se mueven atrás de toda esa guita arremolinada, los fuertes vientos de la codicia y el avaro sacando chispas esenciales de la materia mientras lee que el colisionador de partículas más cercano puede estar en cualquier sótano de por acá construyendo universos paralelos. Acá en Campo de Mayo, sin ir más lejos, a cinco cuadras del hogar donde cohabito con el escritor de la novela y nuestra familia sin igual, una vez vi cómo salía un camión que parecía uno de esas minas a cielo abierto, gigantes camiones que van hasta el centro de la tierra, y cargaba un socotroco que parecía de la era espacial. Para mí era un reactor nuclear, algún experimento de los del Ceamse, o algo que los milicos andan tramando, directamente. Hay que investigar, eso seguro.
Bueno, no quería dejar de mostrar mis cachivaches:
Esta mete un poco de miedo, pero es porque se ve como desde abajo y entonces parece una tortuga del pantano jurásico.

Este no, es más sensible, casi de colección; a veces sueño que los playmóbiles de mis hijos lo usan para ir y venir por el barrio, y de paso me limpian alguna pileta. El problema es que cuando traen la guita que juntaron nunca sé si es verdadera o de juguete y entonces no la uso, por las dudas me manden preso por falsificador.

domingo, 12 de septiembre de 2010

zarpullido

me salió un zarpullido en las piernas, por las botas de goma. recomiendo irricutan, una pomadita color rosa pálido.

viernes, 6 de agosto de 2010

números

julio 2006   52 piletas
julio 2007 112 piletas
julio 2008 141 piletas
julio 2009 175 piletas
julio 2010 166 piletas

Si el viernes pasado no llovía, julio de 2010 quedaba igual que julio de 2009, o capaz que un poco arriba, una pena.

miércoles, 4 de agosto de 2010

jubilado con vaquero

El tipo es un sorete. La mujer llamó la semana pasada, después de cuatro meses, para que le vaya a limpiar. Mire que no sé cuánto voy a cobrarle, dije, y ella discutió un poco, pero con todo el otoño encima y un cacho de invierno y todas las tormentas que hubo en estos meses esa pileta iba a ser un kilombo y entonces nunca se sabe, así que me dijo que vaya igual y hoy fui y lo dejé a Maxi trabajando y volví a las dos horas y ya casi terminaba. Una pileta se limpia en 40 minutos, promedio, o sea que en dos horas se hacen 3 piletas. Llegué justo, qué suerte, le dije a Maxi, que empezaba a levantar las mangueras. Sí, justo, igual el viejo se acaba de ir a bañar. ¿Hay que esperarlo? Dijo así. Claro que había que esperarlo. Un viejo jubilado que se cree pomada, que se debe perfumar hasta el ojete, no va a salir de la ducha para pagarle al piletero. Sí, porque es un viejo que anda de vaquero, porque no son jeans, son vaqueros, los de los jubilados son vaqueros, ¿no? Anda en vaquero, y en verano va con el pecho al aire, los pelos canosos y enrulados, finitos, de viejo, alrededor de las tetillas, y una onda medio yo me las conozco todas, soy re capo. Tiene un auto rojo, re trampa, y la casa en venta desde hace varios años, que fue cuando la mujer le descubrió un fato y le pidió el divorcio. Igual viven juntos, los viejos, y tan mal no se llevan. Por lo menos adelante mío mal no se llevan. Y hasta parece que es toda una cosa rara, lo de la casa y el fato y los celos, porque mi amigo Billy, que el año pasado andaba buscando casa para mudarse, llamó varias veces para ir a ver esa casa, y nunca le dieron bola, como si no quisieran venderla. Pero el cartel de vende está, hace bastante que está. Bueno, la cosa es que uno no puede quedarse a esperar a que un viejo bacán se bañe para cobrar los 60 mangos que pensaba cobrarle así que me fui y pasé al mediodía. No estaba, o no quiso atender. Cuando no te quieren pagar no te atienden, es fácil. Así que dejé una notita para que me llame y me diga cuándo pasar a cobrar. Pero ni llamó, el sorete. Ni va a llamar, porque ahora el sacacorcho que va a tener que llamar soy yo, obvio. O esperar cuatro meses más. Viejo garca, ojalá te reviente el corazón como cuando te pegan un hondazo y te mueras así, todo retorcido de dolor mientras el corazón se te estruja, soretón.

sábado, 31 de julio de 2010

el miércoles pasado

El tipo de Moby, donde venden cosas para piletas, sobre Colectora, Colectora y Triunvirato, me ve llegar emponchado (salía de una gripe) y me dice bueno, bueno, bueno, acá está el que convirtió este trabajo en verdad existencialista, este no es cualquier cliente, vamos a ponerle una foto, acá. Después habló de la nota de Ñ y dijo algo así como lo único es que acá parece Estambul, ¿quién escribe eso?, describe un lugar que desconozco totalmente... Antes, una clienta (Balbastro y Alvear, Claudia, antropóloga) me había parado en seco. Tengo que hablar con vos. Tomá, lo que te debo (me da un billete de 100), lo que sobra anotalo. Y decime, ¿así que sos escritor? Después habló como media hora. Ya tengo tu novela, voy por la mitad. Me gustó lo del cloro y la lavandina. Y lo del alemán que te hace trabajar con lluvia. Estoy esperando a ver cuándo aparezco. En algún momento pienso que puede ser, como hablás de Balbastro. O a lo mejor es demasiado, ¿no?, ¿me creo muy importante, no? Pero bueno, espero algo así como la loca que encierra al perrito, o la gorda que va en bici con la raqueta (es que la señora pasa muuucho tiempo jugando al tenis en el Caza y Pesca).  Y entonces me cuenta de un jardinero-piletero que tenía antes. Se llamaba Gustavo y no apareció más. ¿Vos lo conocés? Es uruguayo. ¿Se habrá vuelto a Uruguay? Es que tuvo un problema muy grande, acá, y vos le heredaste todos los clientes de esta cuadra. Parece que el tipo estaba un poco cansado. Y había un perrito (caniche) que cada vez que pasaba la máquina de cortar pasto lo volvía loco. Hasta que un día la levantó un poco y el perrito pasó por abajo. Claudia se encontró a la dueña en la veterinaria con el perrito y una pata amputada. La vieja decía que le iba a hacer juicio a ese hijo de puta. ¿Quién se cree que es? Mientras Claudia habla pienso en el perrito que ella misma guarda cada vez que voy. Yo no uso máquinas capaces de matar perros, pienso. Igual es bueno que tenga cuidado, porque los perritos esos te sacan de quicio, posta. Podría agarrarlo y ahogarlo en la pileta, tranquilamente. Cuando me voy pienso en Gustavo y en el Tavo de la novela. Capaz que sean el mismo.

viernes, 16 de julio de 2010

Susana Budassi y el Jockey Club de Don Torcuato


Se queja porque a su amiga Sonia Budassi en una nota de su novela le pusieron Susana. Y porque mandaron Jockey Club en vez de Hindú Club. Si me preguntaban a mí ponían todo otra cosa, todo bien, o les decía todo mal a propósito. ¿Por qué en vez de ir a hacer esas pelotudeces no me arregla las mangueras? Hay una que no va más. Hoy uno de los pibes inundó un jardín y se mojó todas las patas, con este frío.
Y después está el cerco. ¿Cuánto tiempo va a esperar? Sabe que no lo puedo hacer solo, que tiene que estar él, y me deja ahí, esperando. A veces pienso que me lo hace a propósito. Igual, este fin de semana avanzó bastante, y me dice que este sábado vienen unos parientes de San Luis y lo terminamos, que la gente de allá nos ayuda y todo va a estar bien, que es mi premio por estos días de tanto frío y trabajar con las manos peladas, que con el frío y el sol se ponen rojas como cangrejos.

viernes, 9 de julio de 2010

ni me acuerdo el nombre de la vieja

A él le gusta llamarme el pibe de mantenimiento. Se rompe una manguera, un alargue, y le dice a los muchachos: tengo que llamar al pibe de mantenimiento, no vino el pibe de mantenimiento, no tiene tiempo, ahora, tenés que usar todo así como está, el año que viene capaz que lo tenés arreglado. ¿Sabe alguien lo que cuesta limpiar una pileta con la manguera rota? La manguera de chupar, digo, la que va adentro de la pileta. Si la mugre está pegada no sale, o hay que pasar diez veces para que levante un poco, y las rayas igual quedan. Si está nublado o el sol pega de costado, como pasa en invierno, casi no se notan. Pero en cuanto el sol pega de arriba se ven todos los rayones de mugre.
En esa época trabajaba con Jota, que es Joaquín Linne. La pileta era redonda y en realidad eran dos piletas separadas por una pared. Una muy bajita, para niños, y la otra como de dos metros de profundidad en toda la superficie. La mugre siempre se pegaba, y se formaban hongos, y la vieja siempre nos hacía cepillar. Era de esas piletas que necesitan ácido sí o sí, andá a saber por qué. La cosa es que íbamos temprano a limpiar, para no cruzarnos con el marido de la vieja, que una vez me había acusado de robarle una máquina de cortar pasto y una bordeadora, y no sé si otras herramientas que tenía en el fondo.
-Yo no soy jardinero -le dije.
-No sé, vos sos nuevo acá, te lo digo para que tengas cuidado.
Jota limpiaba y yo silbaba una canción brasilera mientras pasaba el sacahojas. Pelotudo, pensaba.
Ese día entonces fuimos temprano y la pileta costó pero quedó bien. Siempre costaba, y quedaba lo mejor que se podía. Y estaba nublado, esto hay que decir. Y era verano. Bueno, la cosa es que el sol salió, a eso de las cuatro, cinco de la tarde, y se ve que con el sol salió la vieja, vio la pileta, vio las rayas y llamó.
-Ya la limpiamos.
-Pero quedó toda rayada.
-¿Hay que volver a limpiar?
-Y...
En esa época trabajábamos hasta las seis. Y a las seis menos cuarto le digo a Jota que quedaba una, la redonda.
-¿Otra vez?
-Y...
En esa yo y él éramos casi la misma cosa. Jota no sé, pero yo sí, era uno solo. Ahora el que escribió la novela a la vieja le diría:
-Señora, paso mañana, y me tiene que pagar otra limpieza.
Este verano ya le pasó, con uno que quería que le vuelvan a limpiar porque la pileta le había vuelto a decantar.
-Si le pone mucho decantadro la pileta sigue decantando y hay que volver a limpiar.
-¿Cuándo venís?
-Mañana, y le cobro otra limpieza.
-Bueno, veo y te llamo.
No llamó más.
La vieja, aquella vez, no pagó otra limpieza. Y encima se hacía la enojada. Siempre estaba enojada, en realidad. Jota la odiaba. Cuando Jota no trabajó más, los ayudantes nuevos también la odiaban. Y a los inquilinos que fueron a vivir ahí cuando la vieja se mudó a Capital también, los odiaban. En esa casa había algo raro. El que escribió la novela a veces pasa por esa cuadra. Una esquina, en realidad: Susini y Reybaud. Hace mucho que esa pileta no se hace más. Los inquilinos se fueron (debían un mes de mantenimiento, nunca lo pagaron: el más copado quedó en pasar una vez por acá a dejar la plata, pero nunca vino), la casa se vendió, los nuevos dueños hicieron reformas, tantas que hasta construyeron un muro de dos metros en el lateral del terreno que daba a la pileta y desde entonces la pileta no se ve más. Una vez el que escribió la novela se fijó en google earth y vio, de hecho, que la pileta no está más. Pero hicieron otra: rectangular, grande, como de 10x5, moderna. Y pasa, eh, cada tanto pasa, aunque no se vea nada, como si en esa casa algo hubiera pasado. Hasta yo paso, a veces. Tengo miedo de que algún día el Mehari se me quede en la puerta y salga alguien a preguntar, porque acá la gente es de ver algo raro y asustarse, o llamar al 911. En ese caso no sé quién contestaría, capaz que conteste el que escribió la novela, sería mejor, porque si me dejan hablar a mí soy capaz de decir cualquier cosa.

lunes, 5 de julio de 2010

la novela

Esa novela no la hice yo, está claro; pero sin mí qué sería de ella. Yo ni el nombre para hacer algo así, tengo. Si la mayoría, cuando les termino de limpiar la pileta me dicen: "Che... ¿cómo era tu nombre?, ¿cuánto te debo?" Me llamo cómo era tu nombre, entonces. O piletero, de cuando llaman y dicen: "¿Hablo con el piletero...?" Pero eso pasa mucho en verano. En invierno no. Con el calor la gente se pone olvidadiza, piensa en otra cosa. No los justifico, eh, también puede ser que los del verano sean clientes de ocasión, y los del invierno ya me conozcan un poco más.


Igual la novela se escribió en invierno, casi toda. Y toda la segunda parte se perdió y hubo que volver a hacerla. Yo lo vi al tipo, desesperado. Se fue a lo de Billy, le pidió ayuda al cuñado de Billy, que estaba ahí de reunión, porque era domingo, lloviznaba, y este cuñado es especialista en sistemas y capaz que podía hacer algo pero no se pudo. Entonces el tipo se armó una hoja con lo que se acordaba, porque él es el más olvidadizo que existe, la verdad, y se puso a escribir todo otra vez. Tan olvidadizo que hasta se olvida de mí, a veces, y me deja las mangueras agujereadas, los alargues rotos. Hasta una vez se olvidó que la moto furgón, la Muravey, esa que uso cuando el Mehari tiene problemas, tenía una goma pinchada y me hizo llantearla hasta la YPF, porque no se acordaba dónde estaba la llave cruz.

sábado, 3 de julio de 2010

números

junio 2006  67 piletas
junio 2007 136 piletas
junio 2008 174 piletas
junio 2009 152 piletas
junio 2010 149 piletas

igual, el peor mes siempre es agosto

mejor mes histórico
enero 2010 372 piletas

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